“A veces, pienso que el cerebro tiene envidia del corazón. Y lo maltrata y lo ridiculiza y le niega lo que anhela y lo trata como si fuera un pie o el hígado. Y en ese enfrentamiento, en esa batalla, siempre pierde el dueño de ambos.” Trueba, David (1999). Cuatro amigos. Barcelona: Anagrama
La inteligencia emocional es imprescindible para el bienestar y desarrollo sano de las personas, en especial de niños y adolescentes. Experimentar emociones es un proceso natural, y como sabemos todas son necesarias, sin embargo, hay ocasiones donde nuestras emociones toman el control. La educación emocional permite desarrollar habilidades para la gestión emocional.
El concepto de inteligencia emocional fue popularizado por el psicólogo estadounidense Daniel Goleman y hace referencia a la capacidad para reconocer los sentimientos propios y ajenos. Implica cinco capacidades básicas: descubrir las emociones y sentimientos propios, reconocerlos, manejarlos, crear una motivación propia y gestionar las relaciones personales.
No siempre es fácil identificar lo que sentimos. Muchas emociones se mezclan, hay personas que tienden a ocultarlas y en ocasiones no sabemos lo que realmente estamos sintiendo. Enseñamos a los niños y niñas a pensar y a actuar, a decidir, pero nos olvidamos de enseñarles a sentir. Si no les enseñamos a sentir, esas emociones afectarán a su pensamiento, actos, y decisiones, por ello, es imprescindible prestar atención a la educación emocional de los niños y niñas.
Por tanto, el aprendizaje emocional es vital para la persona. Los niños que son competentes emocionalmente, que gestionan bien sus sentimientos, que reconocen y responden a los sentimientos de las demás personas, se desarrollan muy bien en cada área de su vida, con su familia, con sus compañeros, en la escuela, en la sociedad, etc., y, además, son eficaces para diseñar y desarrollar sus propios proyectos personales y sociales de vida con mayores garantías de éxito y felicidad (Herrera, Ramírez y Roa, 2004:277).
En resumen, alguien que dispone de inteligencia emocional:
Una buena relación con los demás es una fuente imprescindible para nuestra felicidad personal. Y esto supone saber tratar y comunicarse con aquellas personas que nos resultan simpáticas o cercanas, pero también, lidiar con personas que no nos sugieran muy buenas vibraciones; una de las claves de la Inteligencia Emocional.
Sheila Palanques Franch
Psicóloga Educativa de Troba’t Psicologia